Dice David Allen, autor de la metodología GTD, que los principales ingredientes que necesitamos para conseguir que todo nuestro entorno personal y profesional funcione son el control y la perspectiva. Si podemos aplicar, de manera eficaz, ambos conceptos a nuestro trabajo y a nuestra vida personal habremos llegado a un estado en el que el margen de mejora será escaso, ya que tendrás claro que hacer (control) y tendrás claro para qué hacerlo (perspectiva).
Pero, ¿qué es control y qué es perspectiva?. Personalmente, entiendo el término control como el conjunto de hábitos que van a permitir tener orden, confianza, seguridad o tranquilidad. Perspectiva es lo que me da enfoque, orientación y visión en lo que hago.
Tanto el control como la perspectiva son conceptos que está íntimamente relacionados, y uno de los errores más comunes que se producen en el uso de GTD es centrarse en el desarrollo únicamente de uno de ellos y dejar de lado al otro. La relación entre el control y la perspectiva es tan directo que olvidarnos de uno de ellos provocará un déficit a medio plazo en el otro que afectará a su vez al primero. Por ello, se debe trabajar sobre ambos elementos y de ahí que GTD sea considerado como una metodología holística de productividad personal.
Por ejemplo, si no tienes ordenado y colocada la ropa de tu armario, es posible que no puedas ponerte ese traje para la fiesta de aniversario. O si no tienes la seguridad en que todos los asuntos pendientes con tu cliente están avanzando satisfactoriamente, es posible que no puedas plantearle nuevas vías de colaboración. En ambos ejemplos, tener control te permitirá avanzar en la perspectiva. Personalmente, mi experiencia me dice que tiene efectos más inmediatos trabajar el control, porque te permite posteriormente abordar la perspectiva con mayor tranquilidad, seguridad y libertad. Sin embargo cuando he descuidado el eje de la perspectiva, he llegado a momentos de estancamiento e incluso a plantearme para qué estaba haciendo lo que estaba haciendo.
Tanto para trabajar el control como la perspectiva, GTD nos ofrece diferentes estados o pasos que debemos ir cubriendo secuencialmente. En el eje del control, tenemos 5 etapas, mientras que en el eje de la perspectiva tenemos los llamados 6 horizontes de enfoque. La interdependencia entre ellos es muy fuerte y descuidar alguno hará que el funcionamiento global de tu día a día se resienta.
Personalmente, esta combinación de ejes o enfoques me parece tan potente que he decidido usarla como nombre para este blog. Y es que, ya seas un alto directivo, un comercial estresado, una madre preocupada, un creativo exitoso, una programadora infatigable o cualquier profesión que te imagines, tener control y perspectiva te ayudará, tanto en el día a día como en tu paseo hacia el futuro, tanto en lo profesional y en lo personal. Como dice Tom Robbins: «si no vas a manejar tu propio barco, no te sorprendas de lo poco adecuado que es el puerto donde estás amarrado».
Nota: imagen cortesía de Edgar Barany en Flickr

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