La autogestión personal y el nuevo management

Growing-up conceptCada vez toma mayor relevancia saber gestionarnos a nosotros mismos de manera efectiva. Reconocidos autores en los campos del management o de la productivdad personal, como Peter Drucker o David Allen, coinciden en la relevancia que seguirá adquiriendo en los próximos años la capacidad de autogestión de las personas, en general, y  de los profesionales del conocimiento en particular.
En los entornos laborales de hace varias décadas, la autogestión que ejercía el propio profesional sobre sí mismo respecto a la gestión exógena que se hacía de él era inexistente. Los profesionales no eran más que recursos humanos y mano de obra que había gestionar aplicándoles criterios de productividad similares a los de cualquier otra materia prima, pues el valor de su trabajo se limitaba a su capacidad de manofacturar y aceptar indicaciones. La responsabilidad de la gestión recaía en los managers, una gestión que se limitaba a un «yo pienso, te digo que hacer y tú haces». Para el trabajador no había necesidad de gestionarse así mismo porque, primero, no tenía oportunidad de ello y, segundo, porque para eso ya pagaban a otros a quienes había que pedir responsabilidades (los managers).
Esta situación fue relativamente sostenible durante unas decádas, mientras los cambios sociales, económicos y tecnológicos se producían pero no eran ni rápidos ni evidentes. El cambio en la evolución del trabajo en la última mitad del siglo pasado no fue radical al principio, pero inexorablemente llegó un momento donde el trabajo del conocimiento superó con creces al trabajo tradicional. En el primer mundo se pasó de un trabajo tradicional y con alta componente manual, a un trabajo fundamentado en el propio conocimiento (saber) de las personas. Sin embargo, no se consiguió evolucionar de un management tradicional (gestionar personas como recursos -humanos-) a un management del conocimiento (fomentar la autogestión personal).
Sólo unos pocos, con Peter Drucker como máximo exponente, fueron conscientes de la necesidad de desarrollar un nuevo management para el siglo XXI. Un nuevo managment muy diferente al tradicional porque, principalmente, había que abandonar un management enfocado hacia los managers y al modelo de «command and control» para pasar a ser un management basado en fomentar la autogestión de las propias personas.

Un management centrado en las personas

Cada vez es mayor el número de profesionales del conocimiento. Al menos, en el primer mundo, el porcentaje de profesionales del conocimiento supera en una abrumadora proporción a los trabajadores del trabajo tradicional. En muchos países, este dato es más evidente que nunca como consecuencia de la descapitalización industrial que han sufrido en los últimos 30 años.
Es ahora, cuando este profundo cambio en el tipo de trabajo que hemos experimentando está teniendo consecuencias. Para unos, los que han sabido entender la realidad de la evolución social y económica, esas consecuencias han traído de la mano interesantes oportunidades. Esto ha sido así, como norma general, en organizaciones donde el modelo de gestión se ha enfocado en entender el valor capital y real de las personas y donde, de un modo u otro, se ha fomentado la capacidad y la necesidad de responsabilizar de su propia gestión a los profesionales.
En otros casos, estos cambios que se han producido y que se materializan en la realidad V.U.C.A que vivimos, han supuesto complejas y costosas situaciones con consecuencias menos agradables.

La autogestión: una responsabilidad de las personas

Según Drucker, a diferencia de lo que ocurríó a lo largo de buena parte del siglo XX, las personas han de pasar a formar parte activa del nuevo management del siglo XXI. Para ello, debene tomar un papel tan relevante y protagonista como el propio entorno social, económico, político y tecnológico. Y ese papel, sólo lo podrán afrontar con éxito desde un profundo autonocimiento de sus propias capacidades y una autogestión efectiva para aportar el valor que se les exigirá.
Para poder establecer unas bases sólidas de autogestión, los profesionales han de reflexionar y desarrollar competencias sobre los siguientes aspectos para poder encarar con éxito las nuevas exigencias de nuestro entorno:

  • Ser consciente de sus capacidades y habilidades, saber en qué es bueno y en qué no es bueno
  • Saber dónde puede y debe desarrollar sus cualidades, y saber qué oportunidades debe rechazar
  • Identificar dónde está el valor real de su trabajo
  • Capacidad de relación con otras personas, estableciendo sinergías: pocas personas consiguen resultados por sí solas
  • Visión para continuar profesionalmente activo más allá de lo que cree

La autogestión de los profesionales del conocimiento pasa por desarrollar los puntos anteriores de manera continua. Todo ello, además, debe ser complementado con una capacidad de aprendizaje constante y unas habilidades y hábitos que les permitan desarrollar eficaz y eficientemente la gestión de sí mismos. Porque el nuevo y necesario management debe centrarse en que las personas aprendan a autogestionarse de manera efectiva y en dejar de gestionarlas como recursos.

3 comentarios en «La autogestión personal y el nuevo management»

  1. Acertado artículo. Los líderes del siglo XXI se enfrentan al reto del continuo equilibrio en la cuerda floja, en un entorno VUCA y con equipos dirigidos desde la confianza. Esto solo se logra con una buena autogestión, tanto a nivel de la propia actividad, como de la autodisciplina, como de la gestión emocional.
    Esto pone al descubierto gran parte de los modelos formativos, centrados en habilidades de gestión de equipos que no atienden la gestión de los propios recursos. ¿Cómo afrontar este reto desde la formación de nuevos líderes?

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    • Muchas gracias Montse. La autogestión es una competencia clave que no sólo deben desarrollar los «líderes», sino cualquier profesional o persona que pretenda aspirar relacionarse con efectividad con nuestro «entorno». Si pensamos que la autogestión efectiva recae únicamente en los líderes o managers, estaremos cometiendo el mismo error que en el management tradicional: centrarnos en las competencias de unos (los managers) para que dirijan y se responsabilicen de otros (el resto). La autogestión ha de ser distribuida y conlleva, necesariamente la autoresponsabilidad de cada persona.
      Entiendo la formación como el conjunto de prácticas que han de realizarse para obtener un conocimiento, habilidad o hábito que no se tenía, o mejorar uno existente. En ese sentido, la formación de los propios recursos es sencilla de enfocar: sólo hay que pensar en qué necesitan, que retos tienen y cómo puede serle de utilidad a las propias personas. Para ello, hay que hacerlas partícipes de los procesos de aprendizaje que se faciliten.
      Un abrazo

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  2. Soy una persona que desde muchos años atrás, he venido cultivándome en expresar mejor las palabras; es decir comunicarme mejor. He venido inventando mis propias técnicas para ser mejor cada día y lo he venido logrando sin saber que estaba entrando en el mundo de la gestión del pensamiento y en la auto gestión personal. De todos modos me ha dado buenos logros en mi trabajo y en mi comunidad. De ser una persona tímida hoy dicto conferencias. Gracias por sus conocimientos.

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