Efectividad Personal: de prioridad a necesidad

“En el año 2050, si no es que mucho antes, el liderazgo de la economía mundial se habrá desplazado hacia aquellos países e industrias que hayan incrementado de la manera más sistemática y más exitosa la productividad del trabajador del conocimiento”. Peter Drucker

En el ámbito de la efectividad personal, uno de los avances más relevantes que la neurociencia ha aportado es la importancia de gestionar la atención.
La atención es el proceso cognitivo de aplicar actividad mental consciente frente a un estímulo, ya sea interno o externo.
Por tanto, y a diferencia del tiempo, la atención es un recurso que las personas pueden gestionar, al depender por completo de ellas.
Sin embargo, los procesos o hábitos que las personas siguen para gestionar la atención son, por regla general, muy mejorables en la mayoría de los casos.
Tanto las causas como las consecuencias de ello deberían ser motivo de preocupación para cualquier organización que aspire a ser competitiva en el siglo XXI.

Relación entre gestión de la atención y efectividad

En mi experiencia, la mayoría de los casos en los que existen problemas de efectividad personal se deben, entre otras cosas, a una deficiente gestión de la atención.  
Nos ha tocado vivir en una época donde no deja de aumentar el número y la rapidez de las interacciones entre las personas, la agilidad con la que se producen cambios y la volatilidad del entorno. Los conocidos entornos VUCA.
A todo ello, además, hay que añadir el exceso de información al que las personas se enfrentan en el día a día.
La sociedad actual ofrece a nuestro cerebro, prácticamente, un número ilimitado de estímulos a los que prestar atención. Algo para lo que, precisamente, no está preparado evolutivamente.
Cada día se incrementan las opciones potenciales de distracción, tanto en el ámbito personal como profesional.
Y ello dificulta que las personas puedan optimizar la atención que tienen que prestar a actividades imprescindibles como pensar, decidir y ejecutar de manera adecuada.

La gestión de la atención y el valor en las organizaciones

Los riesgos y costes a los que se enfrentan las organizaciones debido la falta de efectividad de la gestión de la atención de sus profesionales son muy preocupantes.
Estos riesgos y costes están relacionados directamente con actividades de alto valor añadido como la creatividad, la planificación inteligente o la optimización del uso de recursos, entre otras.
Las organizaciones que pretendan ser competitivas en los próximos años deben poner los medios necesarios para ayudar a sus profesionales a comprender la importancia de dedicar atención de calidad a las actividades de alto valor en el trabajo del conocimiento, y a aprender las técnicas más eficaces para hacerlo.
El reto pasa por trabajar mejor y poner atención en aquello que aporta realmente valor en lugar de estar ocupados permanentemente en cosas que tiene menos sentido estar haciendo.
El trabajo del conocimiento es el único trabajo en donde se puede aportar más haciendo menor número de cosas.

Conclusión

La efectividad personal es la competencia que ayuda a las personas, entre otras cosas, a gestionar de manera efectiva su atención y dedicar recursos a aquello que aporta más valor en cada momento.
Algo que, para cualquier organización que aspire a sobrevivir, debería despertar algo más que interés.
En los tiempos que corren, como decía Peter Drucker, mejorar la efectividad personal ha dejado de ser una prioridad y ha pasado a ser una necesidad. Es urgente que todas las organizaciones tomen conciencia de ello.

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