¿Cuál es la alternativa?

Cada vez son más las personas que sienten que el día a día les supera.

Tanto en lo personal como en lo profesional, hay asuntos que se les van de las manos. Descontrol, dudas, demasiadas cosas para hacer…

Pasan las semanas y sobreviven al día a día. No paran ni un momento, pero avanzan muy poco. En casa, en el trabajo o en el trayecto entre ambos.

Tienen la sensación de que deberían estar ocupándose de determinados asuntos, pero no tienen claro cuáles. Intuyen que lo que están haciendo no es lo que deberían hacer, aunque tampoco lo tienen claro.

Así, día tras día. Resulta agotador, y no me extraña. Lo entiendo.

Les gustaría solucionar la situación y tener más control, saber en qué se deben centrar y dejar de reaccionar apagando fuegos constantemente.

Buscan alguna manera de dejar de tener descontrolados esos temas para dedicar más atención a nuevos proyectos, a la familia, a los amigos…

Hay dos buenas noticias.

La primera es que, afortunadamente, hay formas de abordar y mejorar estas situaciones y que, además, funcionan.

La otra buena noticia es que, para conseguirlo, sólo hay que trabajarlo. Es decir, cualquier persona puede conseguirlo.

¿Quieres dejar de ser víctima de esas constantes interrupciones de tu entorno que afectan a tu concentración? Bien, aprende a gestionarlas proactivamente.

¿Quieres avanzar en esas tareas para las que necesitas claridad mental y concentración? Haz coincidir tu mejor nivel de energía con aquellas tareas que te demanden ese nivel.

¿Quieres priorizar mejor? Mantén un inventario actualizado de todo lo que tienes que hacer, revísalo y elige lo que tenga más sentido en cada momento.

¿Quieres evitar procastinar? Ten claro lo que quieres conseguir y divide tus tareas en siguientes acciones, todo lo pequeñas que necesites, para acercarte a ello.

Si ante estas y otras situaciones no haces nada, ¿cuál es la alternativa?

¿Echar la culpa al entorno? Vale, pero nadie lo va a cambiar por tí, así que va a seguir como está.

¿Seguir igual? Sí, es una opción, aunque ya sabes lo que eso significa.

¿Buscar la solución fácil y rápida? Suerte. Si la encuentras, avísame por favor.

En mi experiencia, la única alternativa coherente pasa por aprender y desarrollar la efectividad personal, que te ayudará con una serie de comportamientos, estrategias y técnicas que van a contribuir a tu bienestar, tanto profesional como personal.

Desarrollar tu efectividad personal supone una inversión de aprendizaje y no significa que vayas a resolver todos los problemas en tu vida ni que dejes de tener mucho trabajo y responsabilidades.

La vida es como es y tienes que crear las circunstancias que te ayuden a cambiar aquello que quieras que sea diferente. Porque nadie lo va a hacer por ti.

Afortunadamente, tienes la opción de relacionarte de una manera más efectiva con tu entorno, ganando sensación de control, enfoque en lo que haces y reduciendo el estrés.

Deja las excusas a un lado y elige: seguir como estás o hacer algo diferente. Sabes que, ésta última, es la alternativa que tiene sentido.

1 comentario en «¿Cuál es la alternativa?»

  1. Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
    La verdad es que si uno no se controla y se pone a trabajar en ordenar su vida, poco a poco se va convirtiendo en un desastre. Muchos lo llaman ser apaga-fuegos; siempre corriendo a solucionar el último problema.
    Me gusta mucho el cuadrante importante-urgente, que ayuda a diferenciar y priorizar lo que de verdad hay que hacer.
    Como de costumbre, excelente artículo, sobre todo para hacernos pensar cuando el estrés empieza a agobiar.
    Saludos desde Las Palmas!

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