Muchas personas viven agobiadas por todo lo que no les da tiempo a hacer, por la cantidad de cosas pendientes a las que les es imposible llegar.
Buscan sistemas o formas que les resuelvan la vida ofreciendo una manera fácil de gestionar el tiempo de modo que puedan llegar a hacer todo.
Un intento inútil de alcanzar una expectativa que nunca se cumplirá.
Porque cada día acaba con más cosas pendientes de las que empezó y la bola se hace más y más grande.
Y resulta frustrante, agotador y descorazonador. Lo sé.
¿Qué se puede hacer para evitar tener más cosas que hacer que tiempo para hacerlas?
La respuesta es sencilla: nada.
Siempre te van a quedar cosas pendientes porque el tiempo que tienes es menor que el volumen de todo eso que tienes y/o te gustaría hacer.
Si las cosas que se quedasen sin hacer fuesen de poca importancia, igual la situación era menos estresante y más «llevadera».
Pero, ya lo sabes, buena parte de eso que se queda sin hacer son cosas relevantes, cosas que habría que hacer lo antes posible,…
Me fastidia reconocer que no voy a llegar a todo, pero lo voy llevando. Es la realidad que nos ha tocado vivir y la buena noticia es que podemos aprender y hacer muchas cosas para mejorar.
El primer paso es asumir la situación. De nada sirve mirar para otro lado y creer que el problema está en el entorno. Siempre se van a quedar cosas sin hacer.
Una vez hayas asumido esta realidad (tu realidad), tendrás que cambiar tu mentalidad y pasar del paradigma de querer hacer muchas cosas hacia el paradigma de hacer lo tiene más sentido hacer.
Porque la clave para sentirte bien consiste en elegir bien qué es lo vas a hacer y descartar qué es lo que vas a dejar sin hacer, sabiendo que lo que eliges es lo que tiene más sentido hacer en cada momento.
GTD® te ofrece la oportunidad de acompañarte en este cambio de mentalidad y ayudarte a vivir y organizarte con efectividad y sin estrés… dentro de la inmensidad de todo lo pendiente.
Buenas David! Aquí Jaír, de EfectiVida.
Buena reflexión, sí señor! Creo que todos hemos pasado por ahí, por esa sensación de no llegar a todo. Y es cierto lo que dices de que se puede hacer poco por arreglarlo. Un sistema ayuda, claro está, pero estaba pensando sobre un concepto que aprendí hace tiempo, y que intento llevar a la práctica (bastante mal, todo sea dicho). Se trata del minimalismo existencial. Básicamente es hacer menos en más tiempo. Eliminar todas las tareas prescindibles y quedarte con lo esencial. Pienso que hacer un «detox» de tareas de vez en cuando, teniendo en cuenta esta idea, puede ayudar a aliviar la carga. No sé… ¿cómo lo ves?
Un saludo desde Las Palmas!